jueves, 22 de enero de 2009

Cerrá los ojos, dejate llevar, y no cambies de posición si sentís un susurro al oído, se viene un nuevo secreto. Dame la mano, y ya empezá a reír, en vano sería creer que me entendés sino, son signos entre vos y yo, yo y vos y nadie más.

Ahora sí amiga, escuchá atentamente, porque no sé quién malinterpretará si lee lo que te estoy confesando, pero me encanta que la gente opine, y mejor que yo lo sabés: nunca dan en el blanco. En fin corazón, quería compartir esto con vos, porque sé que me vas a entender y quizás incluso te ayude a comprender por qué sentís lo que sentís o a disipar ese sentimiento de confusión o whatever. Lo llamo “liberación”, y es que no encuentro otra palabra que se adecue mejor a lo que intenta expresar; significado y significante, o como sea, todo es perfecto si con ella nos referimos a cortar por un segundo los lazos, darse vuelta y mirar más allá. (Primera aclaración: los segundos pueden ser minutos, inclusos días. En estos últimos casos -¿Por qué no meses, eh?- debe darse una especie de mixtura o conglomerado de sentimientos, en los que no parezca necesario aclarar nada.)

Ya está, ahora estamos solos… Te decía, ahora lo importante es discernir, para vos y no para el resto. Recordá a Ceci explicando lo que el libro quería adornar con adjetivos, “atarse a la elección, y la pérdida no es más que eso, no vale la pena sufrir por lo que no elegimos”. Ahora bien, si estamos aferrados a nuestra preferencia, ¿Por qué no espiar por el agujero de la cerradura lo que nos perdimos? No lamentándose, o dado el caso teniendo en claro que nunca será nuestro. ¿Me entendés?

Ahí entra en juego el pasado. Y sí, sufrimos si nos sentimos deseados pero no podemos corresponder, pero más si te percatás de que para ese fantasma pasaste a ser un igual: otro espectro. ¿Ahora qué? Dudás, mal, muy mal. Nah, ¿Muy mal para quién? ¿Para la sociedad? ¿Esa sociedad en la que el 70 % de las parejas se son infieles? Vamos che, que no te de miedo. Nadie te va a pinchar los ojos con un escarbadientes y menos el corazón -o el estómago si me preguntan a mí-. Además, ¿Quién se entera? Nadie, más que vos y todo lo que esté dentro de tu piel. Quizás yo (borrá el quizás, si no me contás te mato), y viceversa. Otra posibilidad será para quienes lean esto –no creo que muchos-, pero sólo supondrán y no pienso dar explicaciones.

Por último, creo que es lógico: yo sí pero el/ella no. En fin, a todos nos pasa. Pero eso no es manchar nada eh!, nono. No te confundas. Es simplemente disfrutar en silencio, saborearlo… Bueno, o intentar imaginar el sabor, no hace falta explicar demasiado…

Ahora bien, ¿Qué más decirte? Ah,let’s do it!
¿Cómo explicarlo? ¿Cómo hacerlo entender si nadie está al tanto ni siquiera de sus comienzos? La historia sería demasiado larga, los pormenores estarían desgastados, tienen fecha de vencimiento. Mi memoria me juega en contra, y este patético desorden de personalidad también.

Siento que las diferentes etapas de mi vida son imposibles de aglomerar, no se amoldan una con otra, son engranajes que no logran ni lograrán encontrar posibilidades de cierta continuidad. No hay lapsos. Cada una culmina de forma tan abrupta que al recordarlo se me eriza el bello de la nuca. Soy una suerte de dos o tres personas distintas en un mismo cuerpo. En ese punto, sean cuantas sean, comparten muchas cosas pero también tienen matices demasiado adyacentes. El problema consiste en que las tres se extinguirán de repente y darán lugar a otros nuevos yo que nada tienen en común con sus predecesores.

Puedo encontrar sólo algunas excepciones. Pero supongo que eso es lo que me hace humano, son funciones vitales (o casi), que no podría abandonar. Entre ellas, el conflicto de los pormenores que desaparecen como así. Lo disfruto por momentos, y por otros lo aborrezco. Me produce un placer indescriptible, que con nada puede ser comparado, y el hecho de que sean siempre cuatro paredes las únicas testigos lo condimenta con algo especial. Me lleva de un extremo al otro, no lo soporto. El trayecto me duele, aunque cada espacio definido me encanta. No sé, ni de lo que escribo estoy seguro. Nunca en mi vida tuve certeza sobre absolutamente nada, de lo que pasa dentro mío, lo que siento, lo que dejo de sentir, aquello por lo que mi cuerpo se desgarra a gritos… Ni siquiera estoy seguro de querer llegar, el horizonte parece demasiado lejano. Y aunque debo aspirar por él, acá no estoy cómodo, y para personas como yo eso es lo más convencional existente.

viernes, 26 de diciembre de 2008


Y si de disfrutar del camino se trata, nunca creas poder hacerlo solo.
Por mi parte, mi ángel de la guarda tiene nombre y apellido.




Te amo .~

viernes, 19 de diciembre de 2008

¿Quién marca el camino? ¿Quién delimita por dónde podemos avanzar? ¿A caso alguien tiene la suficiente autoridad moral como para calificar de cierto o incierto, de correcto o incorrecto, de normal o extraño?
Si, al fin y al cabo, lo importante es llegar -o caminar-, si, más allá de todo, dichoso horizonte nos espera con los brazos abiertos. Dejemos criterios librados al azar, pero creo que todos concordaremos en su existencia, en su omnipresencia. Busquémoslo.




It was all just like paradise
just like we wanted to be...

miércoles, 17 de diciembre de 2008


Nunca nadie me dio tanta luz
Para nadie fui tan importante
Nunca quise ver tan lejos al dolor
...

domingo, 14 de diciembre de 2008


Resulta muchísimo más fácil llegar con personas como ella a tu lado...

Con ustedes: la mejor amiga que tuve, tengo y voy a tener, y una de las personas más maravillosas que conozco.
Me entenderán si alguna vez se cruzó en su camino ese tipo de amigo incondicional, el que está en todo, el que se cruza por tus pensamientos antes de dar cada paso, el que no importa cómo siempre logra sacarte una sonrisa, el que puede estar en su peor momento y aún así sigue pendiente de lo que te pasa, el que más que otro parece una parte más -muy importante- de vos mismo...




...por eso
te quiero tanto


Al final siempre arribo a la misma conclusión: los de afuera son de palo





Gracias amigos !

sábado, 13 de diciembre de 2008


I hurt myself today
To see if I still feel
I focus on the pain
The only thing that's real
The needle tears a hole
The old familiar sting
Try to kill it all away
But I remember everything

What have I become?
My sweetest friend
Everyone I know
Goes away in the end
You could have it all
My empire of dirt
I will let you down
I will make you hurt

I wear this crown of shit
Upon my liar's chair
Full of broken thoughts
I cannot repair
Beneath the stains of time
The feelings disappear
You are someone else
I am still right here

viernes, 12 de diciembre de 2008


Y hay días en los que te levantás y realmente te das cuenta que todos aspiramos a ese mismo horizonte, pero desde diferentes ángulos, todos podemos visualizarlo en la distancia, mas los cristales que protegen nuestros ojos son algo distintos, y por ende, el camino, las decisiones a tomar, cada paso se convierten en indiscutiblemente singulares.
Las expectativas con las que cargamos dependen directamente de lo que ya logramos, y de esa infinidad de llegadas a corto plazo. A veces, de hecho, te das cuenta que sos producto de la patética sociedad de hoy, del consumismo, de la mediocridad, y que tu horizonte se encuentra detrás de nubes que portan marcas de diseño y signos dólares. Peor te sentís cuando mirás en derredor y tu mirada se encuentra con personas como la princesita de esa foto, que ven el reflejo de dichoso horizonte en un plato de comida.

Somos hijos de lo absurdo, materialistas a la enésima potencia, y la genética no se modifica..


Al horizonte se llega sufriendo, cayéndose, tambaleando, sudando, cargando con pesos que resultan inhumanos, pero se llega. ¿Se llega? ¿Y cuándo se llega, dado el caso, qué? ¿Vale la pena sufrir tanto en pos de una meta que ni siquiera conocemos? Creemos saber cómo es ese horizonte, pero nunca lo alcanzamos, y algo me hace creer que inexorablemente nunca lo alcanzaremos, siempre bregaremos con un contratiempo más, siempre habrá una nueva valla que saltar.
Alguna vez creí que valía la pena el camino, pero hoy lo dudo. No estoy seguro... Supongo que descubrir es la meta, caminar, continuar, saber que a la cima no se llega, pero aún así jamás dejar de escalar. Romperse la nariz al tropezar parece una posibilidad bastante elocuente, ¿Estamos dispuestos?, ¿Lo estoy?. Dudar es pensar, y pensar es existir, pero existir requiere demasiado dolor, requiere sangre, sudor y lágrimas. Existir de esa manera, si el balance no da positivo, no resulta demasiado agradable. Y el fin último de todo hombre es la felicidad según mis amigos filósofos, ¿el horizonte?, demasiado contradictorio para mi gusto, y por ende, no pretendo que nadie intente entender, la canción misma lo dice: 'the same horizon, but in different lands'...


Bienvenidos a Tie your Mamma down